martes, 21 de septiembre de 2010

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Mi amigo no ha regresado del campo de batalla, señor, solicito permiso para ir a buscarlo". Permiso denegado, replicó el oficial: No quiero que arriesgue su vida por un hombre que probablemente ha muerto.
El soldado haciendo caso omiso de la prohibición, salió y una hora más tarde regreso mortalmente herido, trasportando el cadáver de su amigo.
El oficial estaba furioso: "Ya le dije yo que había muerto. Ahora he perdido a dos hombres. Dígame ¿merecía la pena salir allí para traer un cadáver?".
Y el soldado moribundo respondió: "¡Claro que sí señor! Cuando lo encontré, todavía estaba vivo y pudo decirme: Juan estaba seguro de que vendrías".
"Nadie tiene más amor que quien da su vida por sus amigos".  

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